(Fuente:www.loqueengordaeslaemocion.com )
La obesidad es un «asunto mayor», un asunto «de peso fuerte», en la vida de muchas personas; un factor de sobrecarga a la mente y al estado de salud emocional afectando negativamente el rendimiento general, el potencial creativo, afectivo y social. Sin embargo, existe una cierta predilección por tomar la obesidad con liviandad. La población mundial obesa registra un crecimiento vibrante.
¿Quién es responsable de este fenómeno? ¿Cómo defenderse?
Si en la comunicación más elemental, uno más uno es igual a dos, en la publicidad no. En cuestiones de afecto y emociones, tampoco: uno más uno nunca es igual a dos. Para las personas que sienten en sus cuerpos una carga antipática, un motivo para ocultarse o avergonzarse, cualquier episodio inesperado de la vida cotidiana puede ser motivo de amargura o de pérdida del entusiasmo. Y la suma de dos emociones contrariantes da como resultado una negatividad a la máxima potencia. Un chiste, una mirada burlona puede ser demoledora al espíritu del obeso que encima, de un modo visible o solapado, por lo general se auto-segrega. Una incorrecta interpretación de estas expresiones mínimas puede arruinarle el día, minar sus ilusiones. Encuentra en ello razones para desquitarse con la comida. Así se inicia un círculo vicioso con un final poco feliz.
La obesidad contamina el área de las expectativas y la vida social; limita la visión de futuro, no solamente amenaza la buena calidad de vida sino que literalmente acorta la vida.
Entre varios factores que dan origen a la obesidad, la publicidad figura en las primeras filas. La obesidad es fuente de multimillonarias industrias en múltiples áreas cubriendo productos y servicios de belleza, de alimentos, de productos farmacéuticos, etc. Así es que, mientras para muchos la obesidad es una maldición, para otros es una auténtica bendición. Trabajar en derredor de estas áreas no solo promete un gran negocio altamente redituable, sino uno de larga duración. Teniendo en cuenta que la preocupación por la apariencia física va creciendo, a medida que las soluciones se hacen más sofisticadas, este asunto parece imponerse como uno de máxima importancia y eterna vigencia. Como la mayoría de negocios que se apoyan en la infelicidad humana, en las ansias de superarse el secreto de su éxito podría explicarse en la sistemática «inyección» de ideales humanos (entanto ideales, desde luego, siempre inalcanzables). Estos ideales, a menudo tan absurdos por imposibles como pretender transformar un perro San Bernardo en un Galgo Español, solo consiguen aumentar el grado de ansiedad, instalar la sensación de insatisfacción que son caldo de cultivo imprescindible para idear «soluciones» cada vez más sofisticadas y, sobre todo, «rápidas». Esto, desde luego, tomando las cosas «a la ligera».
Año tras año surgen variedad de descubrimientos dando nacimiento a servicios y productos para adelgazar. Estos servicios y productos, muchos de efectividad dudosa, son lanzados a la venta masiva y vendidos como pan caliente con la promesa de regresar a la persona a las medidas ideales en un abrir y cerrar de ojos, sugiriéndoles un maravilloso estado de placer y satisfacción que, nuevamente, no se alejan demasiado del estado ideal, casi inalcanzable. Por supuesto, la mayoría de las veces, placer y satisfacción temporarios.
Tratándose de un asunto altamente redituable, el abordaje a la obesidad le ha hecho un daño tremendo a la identidad de muchas personas que mordieron el anzuelo de la publicidad. Las campañas publicitarias raramente son directas en sus recomendaciones. Una buena campaña publicitaria enviará sus mensajes a través de películas, noticias, iniciando rumores, etc. Lo cierto es que hoy se hacen necesarias tácticas y estrategias para liberarse de ataduras que resultan incomprensibles y que dan origen a variedad de conductas y hábitos indeseables, por ejemplo, con la comida.
La obesidad es un tema espinoso y oscuro para muchos. Para volver a sus formas armoniosas y retomar hábitos normales con la comida, muchas personas necesitan recuperar su independencia mental primero que nada. Eso es lo que hacemos en UAPPO, ayudar a las personas a tomar conciencia de su situación y con esto alcanzar un cambio de hábitos alimenticios que les permitan ser ellos quienes determinen los límites con respecto a la comida, que entiendan que la obesidad es una circunstancia en su vida, más no debe ser esto lo que los define y lo que determina cómo continuarán viviendo. Si necesitas ayuda psicológica para superar tu obesidad, asiste a terapia, no creas en toda la publicidad que se te presente, puede llegar a ser engañosa.